Con cuentagotas... ya lo sé... sniff, pero no encuentro el tiempo para tener al día el blog...
Ya os conté la boda, y ahora toca
la celebración...
Muchos novios dicen que no son capaces de disfrutar éste momento, otros, como es nuestro caso, lo disfrutamos por ellos y por nosotros... Lo que nos faltó fue tiempo, qué corto y qué buen momento!!!
Después de la visita al Claustro, con sesión de fotos incluida, nos dirigimos a la Bodega Cepa 21...
Cuando eliges dónde vas a celebrar la boda, supongo que cada pareja encontrará un motivo, el nuestro, que el sitio es precioso... Una bodega moderna, en un entorno maravilloso a orillas del Duero. Las posibilidades del sitio eran infinitas, pero no nos lo pusieron muy fácil... La verdad es que tuvimos que pensar en cada detalle, y defenderlos hasta el final... pero volvió a merecer la pena...
A la llegada nos esperaba María, ella hizo que todo fuera posible, lo que vale ésta mujer... Todo el peso de la organización recae sobre ella, y sólo sobre ella...
Carmen, la madrina, con su vestido rojo de Carlos Moya, estaba guapísima.
Recibimos a los invitados en el hall de la bodega, y desde allí, se accedía a la terraza en la que se sirvió el cóctel.
Bea, de nuevo, de "La Floristería", se encargó de montar un precioso bodegón en el centro de la terraza, así como el increíble grupo de fanales que decoraba la entrada de la carpa, en el que la hiedra escondía una estructura hecha a medida, en la que destacaban las velas y las flores.
Pizarras con nuestros nombres, los meseros con los números de cada mesa y distintos tipos de uvas, cartelitos con el nombre de cada invitado indicando dónde sentarse, cestitas en los baños con amenities variados, la distribución de la terraza, la colocación de las mesas, el cuarteto de música con solista... Todo para personalizar la bodega... con ese toque cálido que a veces adolecen los espacios modernos... tan limpios, tan mínimal... pero todo, en torno al vino...
Un cóctel fuerte, en el que no faltaron
toques modernos conviviendo con los
clásicos... Sushi, ensalada con pipetas con vinagreta, piruletas, un fantástico carro de quesos y pinchos de lechazo, en honor a la tierra...
Alberto, el cocinero, hizo un trabajo estupendo... Estaba todo riquísimo.
Y una cena llena de sorpresas...
Le di el ramo a mi hermana pequeña,
Laura... no se lo esperaba... creo que le hizo casi la misma ilusión que a mi dárselo...
Otros
cuatro ramos, de
chupachups, para las que nos gustaría que se casaran prontito... mi hermana Berta, Miriam, Leticia y Patricia... la novia de Jaime (mi cuñado!!!!).
Y tres
muñecas Pi vestidas de novia... las tres
próximas novias, a las que quiero un montón, mi prima Victoria, Tati y Pato... como se suele decir... que sea enhorabuena!!!, que seguro lo será en los tres casos...
Y por último, la sorpresa que nos llevamos Pedro y yo... Desde el
Club de Esquí, nuestra segunda casa... nos prepararon un centro enorme de claveles dibujando el logotipo del Club, y en el centro, el esquiador, era una figurita de Lladró personalizada... menudo detallazo!!! Y qué sorpresa más divertida!!! La guardaremos con muchísimo cariño.
Un vals larguííísimo, para dar comienzo al baile... en el que había que abrirse camino para dar un paso... qué ilusión no vernos sólos en medio de la pista... no me lo podía creer...
Y para amenizar la velada... macarons y muchas gomis... peceras llenas de jamones, picotas, regalices y alubias... y por supuesto... nuestro propio
PHOTOSHOOT!!!
Para muestra un botón... las fotos no tienen desperdicio...
Después de suplicar por un DJ en concreto, nos colaron un buen gol... y la
música fue un completo
desastre... menos mal que gracias a las nuevas tecnologías y bastante buen humor, salvamos la situación como pudimos...
De ello dan fe el precioso libro de firmas que le encargamos in extremis a Roberto, de Parapapel, a juego con el resto de la papelería de la boda, así como los ilegibles mensajes que los invitados nos dejaron a través de la máquina de escribir que también colocamos...
Entre
mensajes de cariño y buenos deseos, alguno de los invitados nos animaba a encerrar a la flamante DJ en el baño... jajaja!!! Lo cierto es que con ganas me quedé... Pero bueno, gracias a éstas pequeñas anécdotas, tendremos algo de lo que bromear durante muuuucho tiempo...
La recordaré siempre como una boda preciosa,
nuestra boda, en la que pusimos lo mejor de nosotros y de la que sólo puedo estar agradecida, por la suerte de tener a casi todos nuestros seres queridos cerca, de la ilusión y la emoción con la que nuestras familias la vivieron y de haber podido cumplir el sueño de casarme con la persona que quiero y de sentirme correspondida...
Gracias a todos los que me habéis aguantado durante todos éstos meses, con mis manías y mis cabezonadas... Gracias por hacer posible
el día más feliz de mi vida...
Un beso y hasta pronto...