lunes, 18 de julio de 2011

Antes y durante, nuestra boda

Hola de nuevo...

Ya por fin recuperando mi ritmo de vida, algo que he echado bastante de menos...

Para poder contar la boda en detalle, creo que necesitaría meses, así que he decidido hacer un resumen gráfico, para poder compartirlo con tod@s...

La primera parte fue la más bonita, mi madre y mis hermanas se hicieron cargo de la situación... porque cuando los nervios me superan, me convierto en un cero a la izquierda, no soy capaz de mover un dedo, y aunque parecía calmada, nada más lejos de la realidad... y sin ellas que ya me conocen, no se qué hubiera sido de mi esa mañana...

En casa vistiéndome, qué nervios!!!
Como ya os conté en el blog, tenía muy claro el vestido que quería y después de muchas vueltas, fué Carlos Moya quien dió forma a la bambula de seda que elegimos, introduciéndo pequeños detalles, como el drapeado del cuerpo, o la cintura de abalorios de pedrería. El velo estaba compuesto por dos tules de seda encarados, sujetos por un tanut hecho con la misma pedrería de la cintura del vestido.

Con mi madre (guapísima y muy elegante, con un vestido azul de Pablo y Mayaya, al igual que el tocado diadema), mis hermanas (Berta con un vestido estampado de Pronovias y Laura con un vestido verde oliva de Adolfo Domínguez), el padrino (mi tío Luis) y Teli, una prima de mi madre.

El ramo... el precioso ramo de peonías y fresias.

Hortensias en los bancos, una alfombra burdeos en el pasillo y misales hechos por nosotros.

Éste fue el momento en el que pasé más nervios, estaba segura de que tropezaría con el marco de la puerta de entrada a la iglesia...
...y qué pensaría Pedro cuando me viera llegar al altar... todavía me lo pregunto...

Nuestros testigos, ellos y ellas, mis hermanas y mis mejores amigas... ellas están siempre ahí, cómo no lo iban a estar en un día tan especial.

La iglesia, estaba preciosa.

Aunque los que padecieron este momento afirman que estaba preparado, puedo asegurar que no; entre tanto detalle..., se nos olvidó confirmar quién haría la lectura, el salmo y las preces... y ahí estaba Pablo (nuestro fotógrafo), para inmortalizar mi cara de pena mientras rogaba con la mirada a Patricia (espero que mi futura cuñada), para que saliera a leer... Sólo puedo darles las gracias; a mi hermana Berta, a Patricia y a Jaime, el hermano de Pedro, por sacarnos de semejante marrón.

Prueba superada!!! Ahora a disfrutar!!!


A la salida de la iglesia; fue un momento precioso, la peor parte se la llevó el velo, que barrió el empedrado de acceso al claustro.


El claustro, un lugar precioso, con mucho encanto y una luz maravillosa...
Pedro estaba guapísimo (con su chaqué de Yuste hecho a medida). Creo que los dos disfrutamos de éste día, más de lo que nos hubiéramos podido imaginar.

Fui muy feliz, de veras, después de tantos años, era así como había imaginado el día de nuestra boda...

2 comentarios:

  1. Los pelos como escarpias tengo Irene!
    jaja, que pasada de boda, que guapos!y vaya testigazos que os gastais!

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  2. Enhorabuena Irene, qué bonito todo, me encanta el ramo, la verdad es que tal y como lo cuentas es muy emotivo. Me alegro un montón

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