miércoles, 20 de abril de 2011

Jaboncito... rico, rico...

Hola!!!

Estos días andamos muy ajetreados con cositas bodiles... y trabajo... entre visitas al Arzobispado y remates de mil historias, cada día se me hace más complicado serle fiel al blog...  Y aunque es un poco tarde, he decidido hacer un esfuerzo para contaros que hoy por fin, he recibido un encargo que me tenía más bien nerviosilla...




Me encanta el jabón, el jabón artesano, hace unos años, abrieron en Valladolid una tienda llamada Enjabonarte...


una tienda preciosa, con montañas de jabones casi comestibles... y como muchas otras tiendecitas... terminó por cerrar...




Después abrieron otra en la Plaza Mayor, de la que no recuero el nombre... y también cerro... Así que, cuando he querido hacerme con uno de esos preciados jabones artesanales, solo los he encontrado en algún herbolario, y por internet... y aunque les hay maravillosos, ninguno consiguió cautivarme tanto la vista como para comprarlo sin olerlo... y así, no es lo mismo...

Así que como ya sabéis que soy un poco inquieta, decidí probar a hacer mi propio jabón artesanal...

Primero leí y leí, hasta que creí haber entendido el proceso de la saponificación del jabón, a través de la reacción química que se da entre sus componentes principales... Después, la magia de internet hizo el resto, y a través de blogs y You Tube, dos herramientas didácticas sin límites... elegí los componentes y cantidades de los mismos para mi primera prueba...

Jabón de fresa... mmm... Todavía en proceso de curación, este primer experimento fue un éxito... rápido, fácil, y muy gratificante... Después me crecí y decidí añadir al resultado final, pétalos secos de mis preciosas hortensias... algo desastroso, ya que una vez secas, si se humedecen de nuevo, huelen fatal!!! Pero ya no tenía solución... Traté de arreglar mi última feliz idea, pero no se yo que tal irá la cosa...

Después de esta primera toma de contacto, decidí poner mis miran un poco más alto, y como cocinar las fresas y añadir aceites y aromas no me resultó tan difícil, he decidido experimentar de nuevo, pero con productos más serios (caros) y de mayor calidad...

Manteca de carité, aceite de rosa mosqueta... y mi última gran adquisición, Rosas de Alejandría o Damascesas... una auténtica joya en este nuevo mundillo del que me he enamorado...


Y tras volverme loca en su búsqueda, conseguí encontrar el preciado tesoro... y hoy me ha llegado el paquete que lo custodiaba...

Ahora sólo nos falta ponernos manos a la obra, retomar las fórmulas calculadas en la pizarra de nuestro cuartito de trabajo, y una vez superado el primer reto, esperar los 20 días mínimo de curado, para poder probar de primera mano las propiedades de los ingredientes que con tanto mimo y ciudado hemos elegido... que será será??? Conseguiré que Pedro me ayude??? Para esta última pregunta casi tengo la respuesta... jajaja!!!

Un beso enorme y hasta mañana...



1 comentario:

  1. Me meo de risa contigo.. cuando parece que ya no tienes nada más que inventarte por hacer... siempre nos sorprendes...de verdad.. que alegría de vivir que das prima! ójala yo tuviera tantas ganas de hacer todo como tu.. qué envidia!
    un besito...
    ya no queda nada para vernos!!!!! =)

    ResponderEliminar