martes, 29 de noviembre de 2011

Un regalo de boda para recordar...

Hola!!!

Tengo este post pendiente desde hace algún tiempo, pero nunca encontraba el tiempo necesario para acabarlo... y por fin... aquí está, recién salido del horno...

Unos amigos nos hicieron un regalo muy especial por la boda: Un fin de semana en el Hotel Iturregi, en Getaria, con una cena sorpresa en el restaurante Bedua, y una comida para chuparse los dedos en el restaurante Elkano...

Aprovechamos el puente del 1 de noviembre para estirar un poco nuestra ruta, y tuvimos una suerte increíble...


Salimos de Valladolid el sábado por la mañana sin prisas, comimos por el camino y llegamos a San Sebastián a primera hora de la tarde. Nuestra primera parada: la playa de Zarautz. Vestidos para la ocasión, con vaqueros, camisa, jersey, abrigo... y casi bufanda... Dimos una vuelta por el paseo marítimo, por el que la sucesión de surfistas era interminable. Casi 20ºC, sol y playa... Nos sobraba todo...

Desde hace unos años somos adictos al surf, y aquello era como una tortura, pero, quién se iba a imaginar después de consultar con Winguru y descartar el surf por exceso de oleaje,  que el frente se iba a retrasar y nos regalaría una tarde de olas de metro y medio, en series ordenaditas, tanto de derechas como de izquierdas, en una de las playas con más nombre de España... Pues nosotros NOOOO!!! Y nuestras tablas en CASA!!!

No soy de buen perder... y menos cuando no tengo opción ni de participar... Así que entre refunfuños e improperios varios, conseguí sacar a Pedro de quicio... jijiji!!! Hasta tal punto que me arrastró hasta una escuela de las del paseo marítimo, y allí, bajo la incrédula mirada del dependiente, alquilamos tablas y trajes... SIIII!!! Tarde improvisada de surf!!!

Me costó un montón hacerme a la tabla, pero cogí una de las mejores olas que he surfeado nunca... Pedro, barrió mi actuación del mapa, surfeando como jamás lo había hecho... Lo que me ahorró el sermón de lo cabezota y lo caprichosa que soy (que ni que a él no le apeteciera, claro)... Pero, no hay mal que por bien no venga... jajaja!!!

Tras apurar hasta los últimos rallitos de sol, recogimos el campamento y nos fuimos en busca del hotel Iturregi, catalogado como "Uno de los mejores hoteles del mundo" y "Uno de los 30 hoteles más románticos de España".

(fachada principal)

(porche)





(solarium y piscina)

(precioso, no?)


"Inmerso en un contexto de viñedos de txacolí y con vistas al faro de Getaria, este hotel de ocho habitaciones surge del proyecto de un matrimonio guipuzcoano que quiso unir el sabor tradicional local con un estilo cuidado y lujoso. Se trata de un refugio romántico con raíces de caserío vasco y unos interiores decorados con exquisitez, que recuerdan el estilo provenzal. Sus habitaciones, muy luminosas, tienen unas vistas impresionantes hacia el Cantábrico o hacia los montes circundantes. No posee restaurante, pero en su comedor se sirven platos sencillos y aperitivos, además de contundentes desayunos a base de jabugo, queso, pan artesano, frutas y dulces con café."

El recibimiento fue muy acogedor, nos enseñaron el hotel y nos acompañaron a nuestra habitación: Zarautz.





Nos instalamos y preparamos para salir a cenar. Nos recomendaron el Restaurante Bedúa, el que, con plano en mano, nos costó un buen rato encontrar... Pero mereció la pena... Creo que hasta la fecha, allí hemos comido el mejor chuletón de nuestra vida... todavía se me hace la boca agua recordándolo... La mayor sorpresa nos la llevamos cuando al pedir la cuenta nos dijeron que estábamos invitados... Nos supo todavía mejor, si cabe!!!

Al día siguiente amaneció otro día radiante, y decidimos dar un paseo en bici, las llevábamos con nosotros para la segunda parte del viaje, pero nos vinieron de lujo... Seguimos la ruta del camino de Santiago desde el hotel hasta Zumaia, muy recomendable tanto en bici como a pie. A la vuelta me dejé la vida subiendo la cuestona que va desde la carretera hasta la parte de arriba del acantilado sobre ella.

(acantilado sobre la carretera y la playa de Zumaia)

(malecón y playa de Zumaia)

(cuestona de la muerte... jajaja!!!)



(viñas de txacolí)

(entrada al hotel)

Hicimos un alto para recuperar fuerzas y saludar a unos preciosos burritos que pastaban junto al camino... Me hacen muchísima gracia los burros!!!

Después de hacer hambre, regresamos al hotel y nos preparamos para ir a comer...

(zona de desayunos del hotel, acceso secundario)


(zona de estar)

... al restaurante Elkano, en Getaria. Nos estaban esperando... Tiene mucha fama por los pescados del día a la brasa, la calidad de todos sus platos y una atención muy personal y familiar. Y nosotros podemos dar fe de todo ello...


Pedimos dos medias raciones para compartir... increíble el micuit con salsa de manzana, y de segundo, un  Rodaballo de kilo y medio!!!  Nos dejamos aconsejar con un vino blanco, que estaba riquísimo... Nos atendió en todo momento el hijo del dueño, y mientras degustábamos el manjar, se acercó y nos preguntó si podía ayudarnos... "Por supuesto!!!" Y así fuimos testigos de una disección en toda regla, probando las distintas partes del rodaballo, y descubriendo texturas y sabores, que jamás creímos poder encontrar en un mismo pescado... Magia diría yo... Del postre ni hablamos, porque estaba de muerte... Me doy cuenta mientras escribo de lo que disfruto comiendo, y me asusto!!! Menuda experiencia!!!

Al salir del restaurante, el museo Balenciaga se alza imponente sobre la colina que domina el puerto, y convencí a Pedro de visitarlo... más bien de RE-CORRERLO, porque menuda maratón... Cuando algo no le gusta o le aburre, por favor, qué pesado puede llegar a ser!!!  Y cómo él mismo dijo... "Este museo es como ir de compras pero sin comprar"... Casi me le cargo!!!




(vestidos de coctail)


(vestidos de novia... quien pudiera...)

El museo es una pieza arquitectónica contundente y bien organizada, la colección está muy bien conservada y expuesta, además de ser una maravilla en si.

No os lo parece?

Volvimos a la playa de Zarautz, para ser testigos de como las olas habían aumentado considerablemente su tamaño, lo que hacía las delicias de los surfistas locales... Un espectáculo!

(surfistas apurando los últimos minutos de luz)

(un niño!!!)

A la mañana siguiente amanecimos prontito y marchamos hacia Navarra, nuestro destino: La selva de Irati. El segundo mayor hayedo de Europa, sólo detrás de la Selva Negra. Un lugar mágico, de visita obligada, por el que pasear o montar en bici, es una pasada. Y en otoño ya ni os lo imagináis...

(los primeros 4 km están asfaltados y se puede subir en coche, si eres madrugador...)

(Comienza la ruta que da la vuelta al pantano... lleno de hojas recién caídas, con bici da un poco de cage...)

(la segunda parte, ya no es una senda, sino un señor camino...)


(aquí me estaba recuperando del tortazo que me acababa de dar... )


(la puesta de sol fue preciosa...)

Encontrar alojamiento sin antelación es un poco complicado, así que nos fuimos a dormir a Pamplona... y ya que estábamos allí, el paseo por el casco histórico y la famosa calle De La Estafeta por la que corren los San Fermines, ocuparon las últimas horas de nuestro día. Eso si, acompañados por unas tapitas y unas cañitas, que nos las habíamos ganado...

La mañana del martes amaneció muy gris, con lluvia, viento, y algo de cansancio acumulado. Así que, como nos hacemos mayores, decidimos volvernos a casita, para disfrutar del sofá de casa, que nos echa de menos muy a menudo...

Fue un finde semana genial. Gracias a los que lo hicieron posible...

Espero que os haya gustado tanto como a nosotros.

Un beso y hasta pronto.

1 comentario:

  1. Hola guapa, le acabo de enseñar el post a Fefe y le habéis dado una envidia... Ademas ahora q esta picado con la bici le ha encantado el plan. Para la próxima nos avisáis!!!! Un besooo

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