martes, 15 de marzo de 2011

A medida

Buenos días!!!

Hoy la verdad para mi no son tan buenos, estoy hecha un asquito, se apodera de mi, de nuevo, la gripe... qué malita me encuentro...

Como os conté en el último post, el sábado fuimos a Béjar en busca del chaqué... A primera hora, nada más abrir, quedamos allí con los padres de Pedro para ver si éramos capaces de vestir al novio...

Emilio Yuste es un lugar digno de un post para él solito...

Cuando llegas a Béjar por la carretera principal, a mano derecha una vez tomada lá primera desviación desde la Autovía de la Plata, ves es edificio en tonos verdes que acoge la fábrica y la exposición... Hemos pasado millones de veces por delante, y nunca se nos había ocurrido entrar... ni si quiera invita a parar... el edificio de piedra con un cierto toque inustrial a través de un sólido muro cortina de vidrio con una carpintería de color verde deslucido, invita a todo menos a parar y entrar...

Una vez sobrepasado el primer bastión, la verja de la parcela, y tras dejar el coche en su austero aparcamineto, nos dirigimos hacia la entrada, y tras tocar el timbre... una vocecilla contestó a través del interfono... "Qué desean?"... (os prometo que me recordó al chiste de Telepizza... no os lo voy a contar porque dice palabrotas... os lo imagináis...) El caso es que el padre de Pedro se dirigió al aparatillo para explicarle al buen hombre que veníamos a ver un chaqué...

Nos abrió la puerta y nos vimos en un hall de portal bien de los años 70, con sofás de piel marrón, suelos de baldosa fría y un pequeño mostrador tipo portería... y todo vacío e inquietante... si hubiera ido sola, no creo que hubiera aguantado allí más de medio minuto.. qué miedo!!!

A los pocos minutos, un hombre medio desdentado, conocido de los padres de Pedro, apareció por la portería y nos pidió que le siguieramos por las traseras de la fábrica, dado que las salas de exposición habitual estaban ocupadas... y como éramos conocidos...

La verdad es que la visita turística estubo bien, pero sóla, ni en sueños...

Llegamos a una gran sala con varios burros con prendas colgadas y un montaje en bancadas con maniquíes vestidos con prendas allí confeccionadas... muy vintage... y muy curioso...

Allí tratamos de entendernos con el hombre, cuyo fuerte no debían ser las ventas, aunque el pobre lo intentó... hasta que por fin... uno de los dueños o hijo de, apareció para darle el relevo y atedernos maravillosamente...

Le probó a Pedro varias tallas de chaqué, le midió, le remidió... más de aquí, menos de allá, telas de unos tipos, de otros, unos y otros colores... y cuando parecía que ya lo teníamos se animó a retocarlo todavía un poco más... cada vez que se le hacía necesario, desaparecía en busca de la prenda tal o cual... y volvía al ratito con ella bajo el brazo, perfectamente enfundada y ordenada...

El trato, inmejorable... al igual que las calidades y la confección... Mucho gusto y el saber hacer bien las cosas y con mesura es lo que distinguen éste tipo de lugares... cuyo secreto se transmite de boca en boca, sin necesidad de mayores alardes mediáticos... Sin dudarlo un sitio especial...

Tras la elección del chaqué, el padre de Pedro eligió un precioso traje, también para la boda, que le sentaba como un guante. Si no es por el bajo, se lo podría haber llevado puesto...

Una vez formalizado el encargo, Roberto (Yuste) nos acompañó hasta la salida, esta vez por la parte noble del edificio, comentándonos que estaban hasta arriba, que con la crisis y el cierre de algunas fábricas, estaban al 100%... que estaban remodelando poco a poco la página web, pero que con el volumen de ventas que manejaban, no era algo que les corriera especial prisa... la verdad es que al regresar al hall de entrada, ahora con algo más de luz, ya no me pareció tan inquietante... Aunque no me quedé del todo tranquila hasta que nos despedimos hasta la próxima... a la entrega del chaqué... y abandonamos el fortín...

La experiencia, inolvidable... al igual que el chaqué... de los más bonitos que he visto nunca... pero para verlo, tendremos que esperar... hasta la boda...

http://www.emilioyuste.es/ (la portada no es muy buena... pero una vez dentro, podéis ver imágenes del edificio por fuera y de las instalaciones por dentro...)


Un beso y hasta mañana...




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